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¿Qué fenómeno central pone termino a lo que sería el desarrollo de la ontogénesis estructural del individuo?
¿Cuál es este fenómeno sin que por ello termine la infancia?

EL EDIPO. El Edipo aparece como un fracaso, y en esa medida, como un comienzo. Si no se fracasa en el Edipo no hay comienzo. Si se triunfa en el Edipo no hay Edipo.

FREUD plantea dos tipos de hipótesis:
1. Ontogenética: imposibilidad interna

2.
Filogenética

No hay psicoanálisis si no se aceptan estos dos componentes.

El complejo de Edipo es un fenómeno central. En él, lo que viene a darse es: previo al Edipo hay una serie de procesos parciales de identificación que obtienen su legitimidad, su desarrollo, su completud con el fracaso del Edipo.

El fracaso en el Edipo implica la identificación edipiana, que una identificación con la ley.

Si anteriormente se daban identificaciones de tipo fantasmático, imaginario, en el edipo éstas identificaciones son con la ley.

En el Edipo hay una ley universal que transciende el marco de los fenómenos. Con la identificación edípica el individuo adquiere su fundamental valor significante por medio de su sanción legal.

También el Edipo pone fin a un riesgo. El riesgo es el de agotarse en el objeto-madre. En el Edipo, al alcanzar estatuto significante el niño adquiere la imposibilidad absoluta de que se agote en el objeto-madre. El niño, en ese momento, consuma el proceso de separación con la madre. Se dan las condiciones de posibilidad absoluta del sujeto. Surgen las condiciones de fundación del sujeto: la identificación edípica es la base de todas las identificaciones secundarias.

Con un fracaso del Edipo se produce la imposibilidad de un deseo anterior: posibilidad de fundirse con la madre. Se produce la resolución del deseo de fundirse con la madre, objetivo de las fases anteriores.
El niño abandona, con el fracaso en el Edipo el orden de la naturaleza y de simbiosis: y por lo mismo, abandona el nivel de dependencia objetal con la madre. A partir de ahí hay una imposibilidad de que el sujeto se confunda con el triunfo de la muerte. El sentimiento atemorizante, dominante en la fusión sería deseo de muerte para regresar al útero y obtener el placer absoluto.
FREUD reúne el mito de Moisés y, el de Edipo.
En "Moisés y el monoteísmo", FREUD pretende decirnos que todos nosotros somos lo que somos porque hemos sido una especie de héroes como Moisés. Todos hemos sido expulsados, separados, hemos hecho unos trabajos impuestos por el padre, y cuando estos trabajos se han cumplido hemos sido reconocidos por el padre.
Tenemos que aceptar la separación, la castración (separación con respecto del ser con el que estábamos unidos), tenemos que ser heterónomos, guiarnos de nuestra propia experiencia, nuestra propia sensibilidad, nuestra propia experiencia, nuestra propia sensibilidad, nuestra propia acción para el final volvernos a encontrar con aquel que nos prohibió nuestro encuentro con la madre.

Edipo tenía que morir porque se había predicho que iba a matar a su padre. Su padre lo entrega a un pastor para que lo matara, el pastor se apiadó del niño y lo abandona en el monte. Es salvado, es educado en la ignorancia, por error matará al padre, se casará con la madre. Las plagas vuelven, la matanza es grande y los oráculos.

Para identificarse con el padre o la madre, se tiene que perder la sexualidad anterior (acceso a la castración). Soy en el otro. Me constituyo como objeto identificándome con lo que yo no soy, me legalizo en cuanto que soy sujeto de la ley, me someto a la ley, y a partir de aquí puedo ser.  Soy objeto de deseo y también sujeto de deseo, y sujeto de la ley.

El niño tiene que abandonar el objeto de su amor, para acceder a la castración y lo hace amenazado por la castración, solo a partir de ahí es posible la subjetividad, el deseo.
El incesto es esencialmente castrador, porque si se consuma arrasa al sujeto.

A partir de aquí el Yo se constituye, pero la propia constitución del yo viene dada por la existencia del superyo.

LACAN: castración simbólica, el niño abandona el objeto de su amor para acceder a la subjetividad, la objetividad y al deseo, y lo hace por miedo a la castración.
DOLTO: en la fusión edípica el objeto, sujeto y  deseo desaparecerían.
La amenaza de castración sólo es posible cuando el niño siente el deseo. Se accede al goce por prohibición del placer. Sólo cuando el niño comienza a sentir la atracción hacia el otro, comienza a sentir su propia diferenciación. Si se hunde en el placer desaparecería sin posibilidad de separación, no sería uno diferente porque sería uno en la madre.

El acceso al gozo es prohibición del placer. De ahí, el tema de la falta, la carencia: para ser sujeto se ha de percibir la falta, se ha de saber que se vive en la carencia, que no se posee al objeto, que se diferencia uno absolutamente del otro.

FREUD se plantea si se puede hablar de represión del complejo de Edipo. Si hubiera represión sucedería que ese Edipo existiría en el inconsciente. Luego habría que hablar de represión especial porque a partir de aquí las demás represiones se efectúan bajo la mediación del SuperYo.

¿QUE DESARROLLO LE PUEDE CORRESPONDER A LA NIÑA?
En 1925 en "algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexual anatómica", Freud nos habla de este tema.
Posición femenina } es una actitud del niño, es la ambivalencia del niño frente a la figura paterna y el secreto deseo de ser castrado.
El problema, tanto en el niño como en la niña es que la madre es el primer objeto.

*¿Cómo se produce en la niña el cambio de objeto?
FREUD plantea que la niña tiene una larga prehistoria del complejo de Edipo. Esto hace que el Edipo sea en la niña en cierta manera una formación secundaria. En esta cierta manera se quiere decir que la mujer sólo se somete indirectamente al Edipo.
En "Tótem y tabú" se advierte un elemento que FREUD recoge y que extrae de unas lecturas de datos etnográficos.
La mujeres en todos los pueblos primitivos es objeto del deseo del hombre. Pero sólo entre hombres se utiliza la trasgresión y la prohibición.
La ley, como la líbido es masculina.
Un mito de los indios brasileños dice: la mujer en cuanto madre provee de alimentos, es un vegetal fresco: pero en cuanto que mujer es un fruto podrido.
En las religiones germánicas la mujer representa la fertilidad, pero era deseada por los gigantes, y esto representa la guerra. Por lo tanto era un objeto positivo: fertilidad, continuidad con la naturaleza y negativo culturalmente.
Para los hombres las mujeres reúnen un aspecto enigmático y contradictorio.

Cuando la niña se enfrenta al hecho de las diferencias anatómicas cae presa de la voraz envidia (envidia fálica). En el niño estas diferencias producen los primeros rasgos estructurales del Yo Ideal. En el caso del niño FREUD distingue dos momentos:

1.
Renegación: (defensa psicótica). La diferencia anatómica hace que reniegue de lo que ve. Pone el sexo femenino entre paréntesis, y el suyo propio también. Cuando surge la amenaza de castración la diferencia se hace significante. Hay una muy difícil coexistencia entre la amenaza de castración y el narcisismo del niño. La presencia del padre en el deseo de la madre hace que la amenaza de castración entre como un rasgo estructural en la relación madre - niño. Desde que el narcisismo se enfrenta a la castración, el niño se enfrenta ante una posición que va a repetir en su relación con la mujer:
- Horror, ante esa materia mutilada que es la madre
- Desprecio

Para FREUD, el inconsciente es femenino.
El niño siente horror porque el sexo de la mujer es inevitable y desprecio porque supone el triunfo de la ley que doblega lo femenino y lo somete al orden familiar.

¿Qué pasa con la niña?
FREUD dice que la niña adoptaría al instante una decisión:

1.
Momento: lo ha visto, no lo tiene y quiere tenerlo. El niño no ve nada, la niña lo ve todo del padre. De aquí arranca el complejo de masculinidad de la mujer: o bien la mujer que va a alucinar un pene y va a caer en la psicosis o bien la mujer que por cojones va a tener un pene (la mujer conquistadora, domadora, prestigio).

En último termino se podría sacar una conclusión: lo que está siempre a caballo entre naturaleza y cultura, entre lo perdido y la pura alteridad, es carencia y siempre será el falo de esa carencia.
FREUD considera que la masculinidad no es muy buena para la mujer: otra solución es adoptar masculinamente una posición es adoptar masculinamente una posición femenina: tener un hijo, ya que no tiene pene } ecuación simbólica.
El deseo reintegra a la mujer a su propia función femenina, y el deseo de tener un hijo es una puñalada al Edipo (el primer deseo de tener un hijo es robárselo a la madre para tenerlo con su padre).

FREUD, pasos:
1. Sentimiento de inferioridad de la mujer, envidia del pene.

2. Celos, LACAN (formación del inconsciente) Ser el falo que no tiene. Disputárselo a otra mujer, la madre, y ser el deseo del padre.

3.
Rencor contra la madre. Se siente insuficientemente dotada, no tiene pene. Rencor contra la madre que no se manifiesta desidentificación con la madre. La histérica, odiando a la madre necesita identificarse con la madre.
Al mismo tiempo rencor con el padre ya que siente que se tiene que identificar con el padre si tiene que atraer al padre, y horror de verse como la madre.
4. Rebelión contra la masturbación clitoridiana. La niña descubre el clítoris pero lo abandona ya que representa su propia falta. Aceptar el clítoris significaría la identificación con un hombre disminuido.
Se realiza como efecto de la envidia del pene por tanto como reacción a la ofensa narcisística que ha sentido.

Por el contrario. LACAN dice que el regreso al clítoris sería el reencuentro de la mujer con su propia feminidad. La masturbación tendría un valor más femenino que masculino. La capacidad erótica sería mayor en la mujer.
 
   
 
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