IZARGAIN-experiencias

l. La psicosis siempre pone de manifiesto el sistema de lo obvio, la no evidencia de lo obvio.

2. La psicosis nos sitúa ante la categoría del Poder: el discurso, la psique, la violencia en el plano social.
Frente al poder del discurso, la realidad resulta poco eficaz.
La psicosis muestra que hay una violencia que se presenta como violencia del saber. El que sabe puede descalificar.
El discurso psicótico no es más que un lenguaje que se enfrenta a otro lenguaje: el de la realidad. Cuando el psicótico pretende descubrir la realidad se encuentra a menudo sólo con palabras, las que le remiten a la realidad. El lenguaje le aliena y trata de buscar otro colijo: su incapacidad de comunicación le enfrenta con su aislamiento.
Identificaciones y lenguajes. Las identificaciones se formulan en palabras. Uno muchas veces no esta de acuerdo con lo que de él se dice. Pero para poder reafirmarse necesita poseer la clave, necesita poseer su lenguaje. .

3. La psicosis plantea el problema de la defensa ante la muerte. La muerte la combatimos en nosotros, pero desde esta posición la muerte es incompatible. Son lo otros los que terminan matándonos.

a) Encuentro entre lo originario. Priman las imagos. Se da en un momento de fusión, totalización, unión
Nuestro estado originario fue la fusión, fuimos en el magma originario. Es en ese momento fusional donde tiene que emerger la subjetividad, donde se va a construir el aparato psíquico. Para constituirse como propio se encuentra por un rodeo de lo otro. La soledad sería la incapacidad de poseernos a nosotros mismos.
La fluctuación del objeto, la perdida del objeto lleva aparejada nuestra propia perdida.

b) La frustración. Es un movimiento necesario de la constitución del psiquismo en cuanto ritmo, pero es otro gran cataclismo.
Es necesario desarrollar defensas a favor de la frustración.

c) La espera. La espera genera el tiempo, que es anticipación del Futuro, es permanencia, detención en el presente.

Pero la espera es también amenazante.
A partir de aquí, la atmósfera vincular y la de los propios agentes vinculantes nos permitirá una u otra constitución.
En todos los niños hay una fantasía vincular en estos momentos (a.b.c).
Historia vacía, máquina corporal, cuerpo prefecto pero desahitado o en este lugar la historia somática, el organismo que no logra trascender su propia historia biológica ( insomnios, nauseas, esto indica que ha captado el rechazo).
No hay constitución infantil que pueda desarrollarse si no hay un deseo del niño. El rechazo da lugar a una historia de aniquilamiento como puede ser la anorexia.

Encuentro con lo exterior
La primera herida (a.b.c) son experiencias originarias imagógicas quedan gravadas en el sujeto pero no son habladas por el sujeto. Lo imaginario no da lugar, , no puede representar
Estas experiencias cargan de contenido, sobredeterminan lo que posteriormente serán las escenas primarias. Lo exterior en el contacto con lo originario es una organización vivencial. Sólo en la segunda fase lo exterior al propio sujeto podrá ser representado como tal.
Encuentro entre lo primario y los signos de la realidad. Para que exista sujeto debe darse un cierto reconocimiento de lo otro como otro, de lo otro como distinto a si.

Es necesario una constatación importante: lo exterior a nosotros sólo es captable a partir de la fantasía que nos representamos de ello. Cuando se tiene fantaseada la representación de lo exterior se le incorpora al exterior su propio espacio. La representación captada comporta su propia aura.
No hay sistema representativo o perceptivo que no se inicie en la alucinación.
La fantasía no niega la existencia de lo exterior a sí, niega la existencia de lo exterior ajeno al deseo.
El paranoico pide que el mundo gire en su entorno.