Jose Luis de la Mata y Luix Marko nos contaron esta historia...

A principios del siglo XX nació un niño en uno de los pueblos indios norteamericanos que sufrían la marginación y el etnocidio. Al nacer y mediante el ritual apropiado, el hombre sabio de la tribu predijo que este niño sería alguien muy importante para su pueblo.

Este hombre creció y, cosa excepcional, tuvo la oportunidad de estudiar y trabajar en el mundo blanco estadounidense con tal éxito, además, que en la década de los treinta llegó a formar parte del equipo de asesores del presidente.

Pero se supo que a la vez comenzó a psicoanalizarse y que al poco tiempo desapareció completamente del mundo en que hasta entonces había vivido.

Pasados bastantes años una antropóloga comenzó a realizar un trabajo de investigación sobre los indios Hopy y, estando con ellos, conoció a un anciano venerado por su pueblo como alguien muy sabio e importante para los suyos. Era aquél que había desparecido años atrás y así le contó a la mujer el por qué de su abandono del mundo de los blancos:

Comenzó a psicoanalizarse por lo que entonces él llamaba un "conflicto homosexual", algo totalmente inharmonizable en el mundo blanco e impresentable en el equipo del presidente. Volvió a su pueblo y allí le contaron el significado que encerraba su nacimiento. Su madre estaba embarazada de mellizos, una niña y un niño y así llevó durante la gestación dos hilos de colores diferentes cada uno atado a una muñeca. Poco antes del parto realizaron un complejo ritual entrelazando los dos hilos y formando con ellos una sola pulsera para la madre. Y de esta forma nació él, un niño que poseía las propiedades y posibilidades de lo femenino y lo masculino en una única persona, por eso sería sabio e importante para su tribu.

Y con este nuevo sentido de valor para lo que hasta entonces había sufrido como conflictivo, decidió quedarse a vivir con su pueblo y no volvió más al mundo blanco.