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Te preguntas dónde está nuestra pureza, nuestras ganas de transformación, nuestra rebelión, nuestra generosidad, nuestro cariño... y decides seguir adelante, seguir armando de esperanza cada día, abriendo la mirada, mimando las relaciones, luchando los desmanes y los acosos múltiples. En fin, afanarnos en la alegría del vivir con el sol que te ilumina y da color y calor. |
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