Sólo soy un sorprendido espectador que se pregunta qué se ha podido herir tan íntimo como para que salgan a relucir pulsiones tan primarias con este asunto. Desde la amenaza a lo más sagrado al paso directo al linchamiento. En estos tiempos de postmodernidad, en los que ni el paro ni la tortura ni la corrupción apenas logra conmover a la multitud, viene la exigencia de las
mujeres de participar totalmente el la Fiesta y sucede una especie de catástrofe social, cultural, política.
"Sólo soy un sorprendido espectador"
Me pregunto por la actitud intolerante y retrógrada de organizaciones políticas que, por un puñado de votos, son capaces de quedar con las vergüenzas al aire: habían de entrar en Europa y de hacernos partícipes de las ventajas del siglo XXI, pero se mueven en un caciquismo montaraz, machista, de sacristía y fundamentalista. Por no alargar esta presentación, me bastaría con recordar aquí un ejemplo de transformación de la tradición por la Historia: F. Fanon nos lo contó no hace tantos años. Palestina, Europa, Nicaragua... La historia de los pueblos. Pero yo quiero hablaros desde otro lugar.
Jose Luis de la Mata